jueves, 24 de agosto de 2017

Onírico loop



Hoy me levanté en jaque, entre la espada y la pared de este inconsciente caprichoso. Un inconsciente que vuelve para gritarme en el último minuto de descuento el gol en la cara de un partido que siempre fui perdiendo. Hoy estoy igual a este puto día: gris, nublado, desolado. Soñé con ella (una vez más). Otra vez acribillado por este loop recurrente e interminable del que no puedo escapar; esta puta ilusión del tiempo que vuelve para cagarse de risa en mi cara de todo lo que nunca fue.  Por h, por b, tus errores, los míos, o porque a veces el destino (o las decisiones de las que no nos gusta hacernos cargo) nos cruzan a destiempo.
Floto inmerso en un repeat constante de como sería volver a encontrarte, en la utopía de un onirismo pelotudo, que me endulza la ilusión, y me gana siempre la mano con todos los 4 de la baraja.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Pero sigo poniéndole todas mis fichas a una revancha casi poética de como sería tropezarme con tu sonrisa, con tus ojos verdes infinitos que Morfeo me tatuo en los sueños, a modo de condena, o tal vez de escapatoria.
Sueño, resueño, repaso cada cosa que te diría, como te volvería a conocer.
Cómo me abriría el pecho en dos para dejar fluir la catarata de tinta que te dediqué, que hoy se transformó en mi sangre.
En la sangre de una herida, que no cierra, que no cicatriza, que fluye como un torrente rabioso que me recuerda día a día, que fuiste real, la perfecta imperfección de mi musa inspiradora, dónde colgué mi horizonte, mi puerto y mi faro. Y eso me mantiene vivo, cuándo me pierdo en mis sueños. Porque paradójicamente es la realidad más palpable y dónde más vivo me siento.
Porque seguís siendo la eterna vigía de mis sueños dormidos. Y eso (por suerte y por maldición) sé fue nunca va a cambiar.

LKP (por vos y todavía)